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Claves para evitar peleas entre hermanos (II)

Por Silvia Álava

 

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Los hermanos tienen que aprender a estar juntos y a no pelearse, les quedan muchos años de convivencia, así que cuanto antes aprendan mejor. Los padres pueden favorecer ese aprendizaje. Así les tendremos que explicar que no se pueden pelear, y que tienen que  aprender a arreglar las cosas ellos solos.

Ante una pelea, los padres estableceremos el momento de entrar en escena cuando empiecen a gritar, a pegarse o a insultar, pero ahí no hay que intentar saber qué es lo que ha pasado, pues de esa forma entramos a formar parte de su pelea, y lo que lograríamos sería seguir con la misma actitud pero con un actor más. Debemos decirles, que como habíamos quedado que no se peleaba, ya no queremos saber que ha pasado y que les vamos a separar un ratito (el tiempo dependerá de la edad de los niños, con los más pequeños, cinco minutos pueden bastar), porque nos han demostrado que no saben estar juntos. Cuando hayan pasado los cinco minutos establecidos, les dejamos que reinicien el juego o la actividad que estaban realizando, para darles la oportunidad de volver a portarse bien y estar juntos.

¿Se debe castigar a los hijos cuando se pelean?

Si previamente hemos observado la conducta de nuestros hijos y qué es lo que la motiva, nos daremos cuenta de que en ocasiones los niños van buscando llamar nuestra atención, aunque sea de forma negativa, que el adulto se pare, deje lo que está haciendo y conseguir atención extra. Es por eso que en estos casos lo mejor es utilizar la extinción de este comportamiento a través del refuerzo. Entre los psicólogos, consideramos «refuerzo» a cualquier consecuencia positiva, y ojo, no nos equivoquemos con premios materiales, el mejor refuerzo para los niños, es la atención de sus padres. Se trata de aprender a reforzarles cuando estén realizando las conductas que queremos instaurar, en este caso, cuando no estén peleando…Debemos estar con ellos y reforzarles y premiarles mientras juegan juntos tranquilamente, comparten sus cosas y, en definitiva, se porten bien. Por el contrario no les prestaremos más atención cuando se empiecen a pelear o  insultar, pues estas conductas son las que queremos que desaparezcan (esto es lo que se llama extinción).

Publicado en: Blog de Gomins, Inteligencia Emocional

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