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Artículos de Familia

Los riesgos de dar azotes salen a la luz después de cinco décadas de investigación

Los riesgos de dar azotes salen a la luz después de cinco décadas de investigación

Por Sandra Méndez

Si eres de los que opina que un azote a tiempo evita problemas mayores, lo mejor será que te pares a pensar un momento antes de levantar la mano la próxima vez. Según un estudio longitudinal de 50 años de investigación realizado por expertos de la Universidad de Texas y la Universidad de Michigan, cuantos más azotes dan los padres a sus hijos/as, más probabilidades hay de que desarrollen conductas desafiantes, agresivas, antisociales, problemas de salud mental y dificultades cognitivas.

child-666161_1280El estudio en el cual han participado más de 160.000 niños/as es el más completo y ambicioso realizado hasta la fecha y uno de los pocos en investigar específicamente el tema de los azotes en lugar de agrupar otras formas de castigo físico. “Nuestro análisis se centra en lo que la mayoría de los ciudadanos reconoce como azotes, no en conductas potencialmente abusivas”, señala Elizabeth Gershoff, profesora de Ciencias de la Familia y del Desarrollo Humano de la Universidad de Texas en Austin.

Cuantos más azotes le das, más desafiante se vuelve

Los resultados demuestran que los azotes (castigo corporal que consiste en golpear con la palma de la mano el trasero o las extremidades) se asocian con resultados perjudiciales no deseables y, en contra de lo que piensa la mayoría de los padres, no implican un mayor cumplimiento inmediato de las normas a largo plazo, que es justo lo que buscan cuando los utilizan para educar a sus hijos/as.

Los autores quisieron observar también los efectos de los azotes a largo plazo. Para ello analizaron a adultos que solían ser azotados por sus padres cuando eran niños/as. Lo que comprobaron fue que cuantos más azotes recibían, más desafiaban a sus padres, más agresivos se volvían y más problemas de salud desarrollaban. También eran más propensos a utilizar el castigo físico con sus propios hijos/as, lo cual demuestra cómo la actitud frente a este tipo de disciplina se transmite de una generación a otra. Aquellos/as niños/as que recibían azotes cuando se portaban mal crecieron pensando que el castigo físico era una opción válida para enseñar a sus hijos/as a comportarse.

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Los resultados negativos de los azotes son comparables al abuso infantil

«Nosotros como sociedad solemos pensar que los azotes y el abuso físico son comportamientos totalmente distintos. Sin embargo, nuestra investigación muestra que las consecuencias negativas de los azotes se asocian con las secuelas de los niños que han sufrido abuso, solo que en un grado menor«, explicó Gershoff. Teniendo en cuenta que, según un informe elaborado por UNICEF en 2014, cerca del 80% de los padres de todo el mundo utiliza los azotes como forma de controlar la conducta de sus hijos/as, el asunto es cuanto menos preocupante.

Después de revisar un sinfín de estudios, los investigadores comprobaron que en ninguno de ellos aparecen evidencias claras que demuestren que los azotes sirven para corregir la conducta de los más pequeños, sino más bien todo lo contrario: plantean un grave riesgo para su desarrollo y hace que sean más propensos a exhibir conductas agresivas y desafiantes.

El azote provoca que tu hijo/a reaccione rápidamente, sí, pero no te ayuda a educarle, sino a confundirle. La próxima vez que te sientas al límite y te entren ganas de levantar la mano, párate y piensa: “¿tengo alternativa?”, porque la respuesta siempre será . Las normas son necesarias, pero el castigo físico no.

En Gomins® te damos las herramientas necesarias para educar positiva y no punitivamente a tu hijo/a. Te ayudamos a exprimir al máximo esos buenos ratos que pasáis juntos fomentando así el tiempo de calidad, educando las emociones en familia para que cuando sientas que vas a estallar sepas qué hacer y cómo sin tener que recurrir al castigo físico.

¡Practica la felicidad con Gomins®!

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Felicidad y autoestima casi siempre van de la mano

Felicidad y autoestima casi siempre van de la mano

Por Sandra Méndez

Freud llegó a definir expresamente la depresión o melancolía como la pérdida de la autoestima (1914). Los hallazgos científicos nos dicen que la baja autoestima y la depresión son viejas amigas, especialmente cuando hablamos de población infantil (Leiternberg et al., 1986).

Felicidad y autoestimaAunque no está muy claro qué va antes, si el huevo o la gallina, lo cierto es que están relacionadas: a mayor depresión menor autoestima y mayor ansiedad.

Cuando les preguntamos a los padres qué es lo que más desean para sus hijos nos damos cuenta de que la unanimidad es aplastante: queremos que nuestro hijo sea feliz por encima de todo. La autoestima ayuda a los niños en edad escolar a mantener una identidad equilibrada. Como dice Silvia Álava, en los primeros años de vida el concepto que el niño tiene de sí mismo depende del que tienen los demás de él. Investigadores de la Universidad de Washington afirman que la autoestima del niño empieza a conformarse a partir de los 5 años de vida y ésta funciona como base para la vida, siendo relativamente estable en el tiempo.

Si observas que tu hijo apenas tiene interés o ilusión por las cosas, si busca cualquier artimaña para no hacer los deberes porque piensa que no va a ser capaz de hacerlos, si le cuesta mucho hablar en público o tomar decisiones, puede que la visión que tenga tu hijo de sí mismo sea muy pobre.

La buena noticia es que la autoestima puede trabajarse desde edades muy tempranas. En Gomins® te enseñamos cómo fomentarla con divertidas actividades para realizar en familia durante 18 días. Tenemos una misión dedicada exclusivamente a ello: Verme bien para sentirme mejor, para niños a partir de 6 años de edad.

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Si quieres que tu hijo sea feliz hay algo que puedes empezar a hacer desde hoy mismo. Te damos las 5 claves para potenciar su autoestima. Ayúdale a:

  1. Conocerse. Es el primer paso para quererse a sí mismo.
  2. Ver sus puntos fuertes y valorar sus logros. Felicítale cuando haga algo bien, serás el mejor ejemplo.
  3. Aceptar sus errores. No podemos ser perfectos. Deja que se enfrente a pequeños retos. Es una buena forma de aprender.
  4. Tomar sus propias decisiones. No le sobreprotejas. Dale libertad para poner en marcha sus propios recursos.
  5. Reírse de sí mismo. No hay nada como utilizar el humor con uno mismo.

Si lo que buscas es que tu hijo aprenda a valerse por sí mismo y adquiera competencias emocionales y sociales con las que poder regular su conducta y sus emociones, ¡descárgate Gomins®! Nosotros te ayudamos a mantener y generalizar los resultados para que tu hijo siga siendo feliz en las diferentes etapas de su vida. De eso se trata, ¿no…?

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Niño calmado, padres contentos

Niño calmado, padres contentos

Por Sandra Méndez

Los niños necesitan moverse, jugar y descargar energía. Sabemos que en esto son unos expertos natos, pero también necesitan calmarse, relajarse y descansar…. ¡y esto ya es otra historia! Muchos no saben cómo hacerlo y por eso hay que enseñarles.

¿Y si te dijera que es posible aprender a relajarse mediante juegos que promueven la tranquilidad y disminuyen el estrés y la ansiedad de los niños?

En Gomins® tenemos una misión dedicada precisamente a esto: Cómo enseñar a tu hijo a controlarse en momentos de tensión aprendiendo trucos que le ayudan a relajarse. El objetivo es que aprendan a afrontar y superar diferentes situaciones del día a día que les generan ansiedad, ira o rabia. Se trata de que aprendan a manejarlas por sí solos y que estas estrategias se conviertan en una herramienta que empleen de manera instintiva cuando lo necesiten.

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¿Dónde está la trampa?, te preguntarás. No la hay. Lo que sí debes saber es que las técnicas de relajación requieren una gran dosis de práctica. Si quieres conseguir buenos resultados necesitarás dedicarles tiempo y perseverar, ¡pero no os desalentéis antes de empezar! Si decidís poneros a ello enseguida veréis lo útil que le resulta a vuestro hijo aprender a controlarse en diferentes situaciones. ¡Ánimo!

Para los que estéis interesados y queráis poneros manos a la obra, aquí os dejamos una actividad con la que ir abriendo boca: ¡Los masajes de plastilina!

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  1. Haceos con plastilina de diferentes colores. Es conveniente que le supervises para evitar que se la lleve a la boca.
  2. Proponle jugar con ella, toquetearla, crear algo nuevo, ¡todo vale! Amasar, ablandar, separar trozos, volverlos a juntar, hacer bolas, palos, etc. Seguro que le gustará su tacto y ver que puede estirarla, aplastarla o romperla con facilidad.
  3. Haz hincapié en que el objetivo es relajarse. Pídele que se concentre en las sensaciones que experimenta mientras amasa la plastilina. Pregúntale cómo se siente.
  4. Si consigue calmarse y está tranquilo haced que lo asocie con la actividad que está llevando a cabo explicándole que cuando estamos nerviosos o tensos podemos utilizar trucos (como amasar plastilina) para calmarnos. Se trata de buscar aquello que nos relaje más en momentos de estrés.
  5. Cuando consiga relajarse felicitadle por lo bien que lo ha hecho.

¿Y si no sale bien? Proponle hacer formas, juega con él y si no está calmado, buscad otro momento en el que sí lo esté. Utilizar música relajante puede ser una buena idea al principio.

Prueba durante el fin de semana o un día de lluvia en los que salir a la calle parece misión imposible. ¡Será un plan perfecto para pasar un buen rato!

Si quieres ir más allá y conocer más actividades como ésta, ¡descárgate Gomins® y entrénale con súper poderes para la vida real!

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Vuelta al cole sin rabietas

Vuelta al cole sin rabietas

¿Cómo hacer que tus hijos recuperen la ilusión por las clases?

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Fotografía: Danielle Guenther Photography

Por Sandra Méndez

Podríamos decir que septiembre es una especie de año nuevo. Es terminar las vacaciones y empezar a hacer nuevos planes y propósitos: mejorar nuestro nivel de inglés, ponernos en forma, comer más sano, dejar de fumar, tener más paciencia con la gente y un largo etcétera…

Durante las vacaciones tenemos más tiempo para reflexionar y hacer balance de nuestras vidas. Volvemos con ganas de querer cambiar lo que no nos gusta y planificar nuestro futuro a corto plazo. Sin embargo, pasar de las bermudas y el bikini al traje y la corbata no siempre es fácil. A tus nuevos propósitos se suma la vuelta al cole de tus hijos.

Cuando te quieres dar cuenta se ha mezclado el desorden de casa con las ganas de querer ponerte con cosas pendientes. Esto puede convertirse en un auténtico desafío.

Por eso hemos creado la misión Vuelta al cole sin rabietas. No podemos ir al gimnasio por ti ni hacer que aprendas 1.000 palabras nuevas en inglés, pero lo que sí podemos es ayudarte a que te organices mejor, para que tus hijos se adapten antes a la nueva situación y la vuelta al cole sea más llevadera para todos.

La mayoría de nosotros hemos dado manga ancha a nuestros hijos durante las vacaciones: les hemos dejado ver más tiempo la televisión, que trasnocharan, que se levantaran más tarde, incluso hemos sido más flexibles con la alimentación. Pero con la vuelta al cole el despertador vuelve a sonar. Septiembre es un mes lleno de cambios que nos obliga a retomar antiguos hábitos y rutinas.

¿De qué depende que tus hijos tengan éxito en su regreso a las aulas?

Necesitarán ser capaces de controlar su conducta, prestar atención, saber relacionarse con otros niños y tener un pensamiento positivo que les ayude a aceptar lo que no les gusta. Con la misión Vuelta al cole sin rabietas entrenarás sus habilidades sociales, mejorarás su capacidad atencional y harás que se adapten con más facilidad a los cambios. Con Gomins® conseguirás que tus hijos recuperen la ilusión por ir a clase. Para ir abriendo boca te vamos adelantando 5 sencillos pasos que puedes empezar a dar desde hoy mismo:

  1. Pregúntales si se han propuesto conseguir algo este nuevo curso y apóyales en todo, ¡la intención es lo que cuenta!
  2. Háblales de sus amigos de clase y recuérdales lo bien que se lo pasan juntos.
  3. Planificad un horario para acostaros y otro para levantaros y antes de salir de casa ¡recargad energías con un buen desayuno!
  4. Proponles hacer un dibujo sobre algún momento divertido que haya tenido estas vacaciones para entregárselo a su profesor/a como regalo.
  5. Si al dejarle en la puerta llora desconsoladamente y se agarra a ti como a un clavo ardiendo, procura no alargar la despedida o el próximo día recurrirá de nuevo a la rabieta con tal de estar contigo unos minutos más. Deséale un buen día, dale un beso, respira hondo y piensa que en un rato estará jugando como si nada.

Si quieres ir más allá y conocer el estado de tus hijos, anímales a echar una partida a Gomins® y mejorarán aspectos como la impulsividad, el bajo autocontrol o la intolerancia a la frustración. Podrás programar nuevas misiones y a ti te quedará más tiempo libre para poder cumplir con tus nuevos planes y propósitos.

¡Feliz mes nuevo papás y mamás!

#21días #recuperahábitos #gomins

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Lucía y sus interminables deberes. Parte II: 5 pautas para afrontar los deberes con éxito

Por Sandra Méndez

Después de un intenso día de trabajo, Teresa coge el coche y mientras conduce de vuelta a casa le invaden un sinfín de pensamientos. Empieza a agobiarse. Está pensando en todas las cosas que le quedan por hacer antes de que el reloj marque las doce; recoger al pequeño Hugo de sus clases de karate, bañarle, preparar la cena y lo peor de todo: perseguir a Lucía para que haga los deberes del cole. Su profesora le ha puesto ya tres puntos negativos esta semana.

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¿Qué puede hacer Teresa para conseguir que Lucía cambie su actitud y comience a hacerse cargo de sus obligaciones? Las 5 pautas:

 

  1. Disponer de un lugar fijo para hacer los deberes. Lo ideal sería que Lucía tuviese su propio rincón de estudio (cómodo, tranquilo, bien iluminado, provisto de material escolar y de consulta y alejado de posibles distracciones, como la televisión, los videojuegos, el teléfono y otros miembros de la familia).
  2. Evitar convertir el momento de hacer los deberes en la regañina de cada día. No anticiparse y ofrecer a Lucía la necesidad de cambio. Darle la oportunidad para que salga de ella. Si no funciona, negociar objetivos marcando recompensas y castigos, sin reñirla ni levantar el tono de voz y ofreciéndole siempre la posibilidad de ayudarla si lo necesita.
  3. Establecer una hora de comienzo y otra de finalización. Es importante marcar los tiempos, asumiendo que existe un principio y un fin y que en ese periodo hay unos objetivos por cumplir. Conviene también hacer descansos de entre dos y diez minutos cada hora de estudio.
  1. Respetar la forma de trabajar de cada profesor sin protestar sobre la cantidad o calidad de los deberes. Si Lucía escucha a su madre quejarse porque no está de acuerdo con los deberes que manda su profesora, ¿qué probabilidades hay de que se los tome en serio y finalmente los haga? Confiemos en que ellos son los profesionales y saben lo que hacen y por qué lo hacen.
  2. Recomendarle empezar por la asignatura más difícil. Pasados 30 minutos Lucía habrá alcanzado su máximo rendimiento. De esta forma aumentamos la probabilidad de éxito en la tarea y disminuimos las probabilidades de que se frustre por no ser capaz de hacerlo, teniendo en cuenta que a la hora y media su rendimiento habrá disminuido notablemente. Conviene dejar las asignaturas más fáciles para el final o para los momentos de mayor cansancio.

Con estas pautas Teresa consiguió allanar el terreno sobre el que después Lucía caminaría primero en compañía y después sola. Descubre en el siguiente post las claves del éxito.

¿Por qué les funcionó?

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Lucía y sus interminables deberes. Parte I: La necesidad de ir asumiendo responsabilidades

Lucía y sus interminables deberes. Parte I: La necesidad de ir asumiendo responsabilidades

Por Sandra Méndez

– «¡Lucía! No te lo voy a repetir más, ¡deja la tablet y ponte a hacer los deberes!»

– «¡Es que no encuentro el libro de Lengua!»

– «¿Otra vez te lo has dejado en clase?»

– «No sé dónde está. Ya lo haré mañana, total…»

– «¡De eso nada! Tienes el de Mates. Ponte con los ejercicios que tenías pendientes o este fin de semana no vas a la excursión»

Una hora después Lucía seguía sin terminarlos. Las amenazas de su madre Teresa de poco habían servido. Lucía se tiró la tarde yendo de aquí para allá, aprovechando cualquier excusa para levantarse de la silla.

¿Te suena de algo?, ¿estás cansado de perseguir a tu hijo para que haga los deberes del cole? Si el momento de ponerse a estudiar se convierte en una batalla campal, ¡este es tu post!

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Lucía tiene 8 años y como ella muchos niños no son capaces de gestionarse de forma autónoma las tareas que sus profesores mandan para casa. Unos olvidan el material, otros no saben por dónde empezar, algunos hacen lo imposible por retrasar el momento de estudiar y los hay que, aun con toda su buena voluntad, se eternizan y no acaban consiguiendo los objetivos deseados.

Antes de nada, conviene tener claro ciertas cuestiones:

  • Los deberes son una magnífica oportunidad para que el niño empiece a asumir pequeñas responsabilidades y anteponga sus obligaciones a otras actividades más placenteras y gratificantes. Es el momento de que comprenda que en la vida no hay recompensa sin esfuerzo. Algo que Lucía tiene aún pendiente…
  • Es posible que el niño presente dificultades de aprendizaje. Si es así, deberás ofrecerle un apoyo extra. Para los casos más graves puede ser necesario adaptar la educación al niño y no al revés. Escucha a sus profesores, seguro que tienen información relevante para ti.
  • El tiempo de estudio varía en función de la edad del niño. Aproximadamente 15 minutos diarios son suficientes para que los más pequeños lean o ejerciten cálculos matemáticos. Si tienen entre 6 y 8 años el tiempo asciende a 30-40 minutos y alcanza la hora de estudio de los 8 a los 10 años. A partir de esa edad parece apropiado dedicar a los deberes entre 60 y 90 minutos, llegando a necesitar entre dos y tres horas diarias de trabajo en casa en Bachillerato.
  • A partir de los 6 años ya son autónomos para empezar a hacer los deberes solos. Es importante que no se acostumbren a hacerlos únicamente en presencia del adulto y adquieran el nivel de autonomía suficiente para gestionarse y afrontar solos sus obligaciones. ¡Bríndale la oportunidad! Ese es el primer paso.

Queda claro que tu hijo debe asumir con responsabilidad los deberes de clase. Veamos ahora qué puedes hacer tú. En el siguiente post trataremos aquellos aspectos que están bajo tu control como padre o madre y veremos cómo puedes influir para que tu hijo haga los deberes sin que se convierta en una lucha diaria. ¿Crees que hay algo que Teresa pueda hacer? ¡Compruébalo en el siguiente post!

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Cómplices de su ilusión

Cómplices de su ilusión

Por Daniel Peña

¿Quién no ha estado horas mirando a ninguna parte deseando que ocurriera algo, algo que esperaba con todas sus fuerzas o sencillamente algo nuevo, desconocido pero que podría ser apasionante?

Probablemente al pensar en la ilusión a todos nos venga a la mente alguna imagen de nuestra infancia, de nuestros hijos esperando inquietos para empezar un juego, subirse a una atracción o abrir un regalo. Nos encantaría capturar esos momentos y hacer que duraran para siempre. Pero con el tiempo, se vuelven esquivos y frágiles, y en ocasiones se quedan enterrados entre cientos de experiencias complejas y artificiales.

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¿Cuando dejamos de sentirnos así? ¿Qué apaga ese brillo? Sin duda, el miedo, el miedo a la incertidumbre, a lo desconocido, a defraudar o no encajar en lo que los demás esperan de nosotros. Dejamos de creer en el futuro como una oportunidad y en nosotros mismos como las únicas personas con derecho pleno para juzgarnos. Cedemos el “carnet de juez” a los demás, dando por hecho que lo que deseamos, sentimos o pensamos ya no es válido sino encaja en sus expectativas.

Date un capricho hoy, ¡ya!, ¡ahora mismo! Deja de hacer lo que estás haciendo y mira a tu alrededor. Imagina todo lo que podrías hacer si de verdad lo importante fueras tú, si no tuvieras ninguna obligación de agradar o encajar en lo que los demás esperan. Mira unos minutos por la ventana e imagina como sería tu vida si cada mañana se repartieran de nuevo las cartas, y tuvieras la oportunidad de volver a empezar con cartas nuevas, con nuevas reglas y planes, ¿no sería genial? Esa leve sonrisa que se te ha escapado es la ilusión ¿te acordabas de ella?

Y si tienes hijos conviértete en cómplice de su ilusión. Esta parte de sus vidas solo va a ocurrir ahora. No habrá otros 3, 5 o 9 años. Si te lo propones puedes ser un amplificador de su ilusión. Hazles ver que casi nada es tan dramático como para vivir con miedo y que casi nadie es tan importante como para hipotecar nuestras vidas para evitar su decepción. La sencillez y la naturalidad de los niños son la antesala de la autenticidad y la seguridad de los adultos.

Mucho ánimo y que tengas un buen día.

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Y tus hijos, ¿han descubierto ya lo que esconden los libros?

Por Sandra Méndez

El que ha disfrutado teniendo un libro entre sus manos sabe que son mundos abiertos a la imaginación de quien los lee y que lo bueno es que cada persona los vive y siente de forma diferente. La pena es darse cuenta de sus innumerables ventajas cuando ya eres mayor y has perdido la oportunidad de volver a leer con la mentalidad creativa y sin límites de un niño los libros de tu infancia. Para evitar que esto ocurra, lo mejor es fomentar desde pequeños la pasión por la lectura, por los misterios y aventuras que muchos encierran.

¿Cómo? Aquí tienes 7 consejos:

  1. Léele desde bebé. No esperes a que sea capaz de leer solo para empezar a tomar contacto con los libros. Cuanto antes lo haga, mejor será su capacidad lingüística. Le servirá para ejercitar su cerebro y facilitar la adquisición del lenguaje.bebé con libro
  2. Establece un horario, una rutina. Dedícale un tiempo a la lectura y sé constante. La desorganización suele estar reñida con el hábito de leer. Ayúdale a organizar su tiempo y facilítale un espacio donde poder contar con su propia biblioteca.
  3. Busca el momento apropiado. No todas las situaciones son válidas sobre todo si buscas despertar su interés por la lectura. Resérvalo para momentos relajados en los que exista una buena predisposición.niño con libro
  4. Dale libertad para leer. Lo mejor es que pueda elegir libremente los temas que más le gustan. Si se los impones tú, lo convertirás en una obligación más y la lectura perderá todo su encanto y razón de ser. Puedes servir de guía y hacer sugerencias, pero no caigas en imposiciones. Procura tener una propuesta de libros amplia y variada.niño con libro1
  5. Infórmate. Existe un libro adecuado para cada edad, niño y momento personal. Si tienes dudas, pide consejo a profesionales, en el colegio o en librerías infantiles. Huye de los juicios de valor. Cómics, revistas o tebeos, lo importante es la calidad.
  6. Escúchale con atención y responde sus dudas. Tú descubrirás cuáles son sus gustos y él aprenderá que puede contar contigo. Muestra interés por aquello que lee y felicítale por sus logros.
  7. Contágiale. Tú eres el mejor modelo que podría tener, su mayor estímulo. Si te suele ver leyendo te recomiendo dejar algún libro a su alcance. Lo más probable es que acabe cogiéndolo voluntariamente.niña con libro

Ayúdale a hacer de la lectura una herramienta más de disfrute personal. En Gomins® encontrarás diferentes cuentos con los que poder entrenar sus competencias emocionales de una manera divertida. Jumbo, Sabina, Marty el glotón y muchos más os esperan. Cada Gomin le servirá para aprender algo nuevo y mientras podrás desarrollar su placer por leer.

¿A qué esperas? ¡Desafía ya su imaginación! Al fin y al cabo, leer es soñar despierto…

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Las rabietas de Javier: Tercera parte

Las rabietas de Javier: Tercera parte

Por Sandra Méndez

En el post anterior recomendamos a los padres de Javier seguir 5 pautas para poner fin a la irritante conducta de su hijo. ¿Habrá sido suficiente? Lo más seguro es que si han seguido los consejos comiencen a ver algún cambio en Javier. Sin embargo, también les conviene saber que muchas veces y de forma inconsciente ayudamos con nuestro comportamiento a mantener conductas que no deseamos.

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¿Qué NO deben hacer los padres de Javier? Las 5 claves:
  1. Acabar cediendo a sus reacciones explosivas por falta de tiempo o paciencia. Por muy molestas que puedan llegar a ser, ceder no hace sino empeorar la situación y mantener sus rabietas en el tiempo.
  2. Perder los nervios. Enfadarse y regañarle es una forma de prestarle atención. Además, si levantas el tono de voz por encima del suyo o le pegas un azote o bofetada, verá que tú también estás fuera de control, se frustrará más al sentir que no puede liberar sus emociones y, lo que es peor, le enseñarás que «pegar» es una opción válida para resolver problemas.
  3. Reírse cuando su comportamiento les resulte gracioso. Sus hermanos también tendrán que involucrarse y tratar de evitarlo. Si continúan haciéndolo, aumentarán la confusión de Javier y estarán reforzando su mala conducta.
  4. Tratar de reflexionar con él mientras dura la rabieta. En ese momento es inútil hacer que entre en razón. Así lo único que conseguirán será aumentar tensiones.
  5. Juzgarle o criticarle. No es lo mismo decir «eres malo» que «lo que has hecho está mal«.

Sabemos lo difícil que resulta mantener la calma y no hacer nada cuando tu hijo se pone a gritar desconsoladamente, pero si los padres de Javier quieren extinguir por completo esta conducta, esta es la mejor forma de enseñarle que así no conseguirá lo que quiere.

Si tu hijo tiene baja tolerancia a la frustración y elevada impulsividad, lo más probable es que sus rabietas sean más duraderas. ¿Sabes cuál es su nivel en estas áreas? Si su capacidad para tolerar la frustración está por debajo del 75% le costará más trabajo resistir las dificultades sin rendirse. Entrénale con Gomins® y le ayudarás a mejorar su habilidad para controlar sus impulsos y gestionar sus emociones. ¡Con nuestras misiones de Aprender de los errores y Saber perder lo conseguiréis en unos cuantos días! ¿A qué estás esperando? Hazlo ahora y evitarás problemas como los de los padres de Javier.

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Las rabietas de Javier: Segunda parte

Las rabietas de Javier: Segunda parte

Por Sandra Méndez

¿Recordáis a Javier, el pequeño de la casa que tiene desesperados a sus padres porque en pocos meses sus rabietas, aparentemente injustificadas, han crecido más y más? Pues bien, después de haber comprendido que las rabietas forman parte del desarrollo evolutivo de los niños, llegó el momento de aprender una serie de pautas que convendría llevar a cabo cuando estas conductas dejan de ser algo normal para convertirse en un problema dentro del núcleo familiar.

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¿Qué deben hacer los padres de Javier? Las 5 claves:

  1. Ignorarle cuando tenga una rabieta. Si están en casa, lo mejor que pueden hacer antes de nada es decirle algo así como: «Javier, mientras te comportes de este modo no vamos a prestarte atención. Gritando y llorando no vas a lograr nada. Cuando consigas calmarte, volveremos a hacerte caso«. Cuando el mensaje esté claro, lo ideal será salir de la habitación en la que esté el pequeño Javier. Si la rabieta tiene lugar fuera de casa, tienen la opción de darle la espalda.
  2. Esperar a que se calme. Cuando perciban cualquier cambio en la intensidad de la rabieta (como disminuir su tono de voz, la frecuencia del llanto, etc.), lo ideal será que vuelvan con él y desvíen su atención hacia algo diferente o le sugieran jugar a un juego.
  3. Ser firmes, constantes y mostrarse serenos. Los dos deben responder por igual. Si uno cede, todo esto no servirá de nada.
  4. Ser el mejor ejemplo que Javier pueda tener. Cuando se sientan frustrados o enfadados, deberán controlarse y evitar perder los nervios delante suyo.
  5. Reforzarle cuando se porte bien, no solo diciéndoselo, sino prestándole más atención cuando obedezca y no tenga rabietas. Dirigir su atención hacia la conducta positiva de Javier en lugar de centrar sus esfuerzos en corregir lo que hace mal.

Y como muchas veces no basta con hacer cosas, sino que también es necesario NO hacer otras, en el siguiente post descubriremos lo que los padres de Javier no deben hacer si quieren que esta situación que tanto les angustia tenga los días contados. ¡No te lo pierdas!

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