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Posts etiquetados como autoestima

Felicidad y autoestima casi siempre van de la mano

Felicidad y autoestima casi siempre van de la mano

Por Sandra Méndez

Freud llegó a definir expresamente la depresión o melancolía como la pérdida de la autoestima (1914). Los hallazgos científicos nos dicen que la baja autoestima y la depresión son viejas amigas, especialmente cuando hablamos de población infantil (Leiternberg et al., 1986).

Felicidad y autoestimaAunque no está muy claro qué va antes, si el huevo o la gallina, lo cierto es que están relacionadas: a mayor depresión menor autoestima y mayor ansiedad.

Cuando les preguntamos a los padres qué es lo que más desean para sus hijos nos damos cuenta de que la unanimidad es aplastante: queremos que nuestro hijo sea feliz por encima de todo. La autoestima ayuda a los niños en edad escolar a mantener una identidad equilibrada. Como dice Silvia Álava, en los primeros años de vida el concepto que el niño tiene de sí mismo depende del que tienen los demás de él. Investigadores de la Universidad de Washington afirman que la autoestima del niño empieza a conformarse a partir de los 5 años de vida y ésta funciona como base para la vida, siendo relativamente estable en el tiempo.

Si observas que tu hijo apenas tiene interés o ilusión por las cosas, si busca cualquier artimaña para no hacer los deberes porque piensa que no va a ser capaz de hacerlos, si le cuesta mucho hablar en público o tomar decisiones, puede que la visión que tenga tu hijo de sí mismo sea muy pobre.

La buena noticia es que la autoestima puede trabajarse desde edades muy tempranas. En Gomins® te enseñamos cómo fomentarla con divertidas actividades para realizar en familia durante 18 días. Tenemos una misión dedicada exclusivamente a ello: Verme bien para sentirme mejor, para niños a partir de 6 años de edad.

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Si quieres que tu hijo sea feliz hay algo que puedes empezar a hacer desde hoy mismo. Te damos las 5 claves para potenciar su autoestima. Ayúdale a:

  1. Conocerse. Es el primer paso para quererse a sí mismo.
  2. Ver sus puntos fuertes y valorar sus logros. Felicítale cuando haga algo bien, serás el mejor ejemplo.
  3. Aceptar sus errores. No podemos ser perfectos. Deja que se enfrente a pequeños retos. Es una buena forma de aprender.
  4. Tomar sus propias decisiones. No le sobreprotejas. Dale libertad para poner en marcha sus propios recursos.
  5. Reírse de sí mismo. No hay nada como utilizar el humor con uno mismo.

Si lo que buscas es que tu hijo aprenda a valerse por sí mismo y adquiera competencias emocionales y sociales con las que poder regular su conducta y sus emociones, ¡descárgate Gomins®! Nosotros te ayudamos a mantener y generalizar los resultados para que tu hijo siga siendo feliz en las diferentes etapas de su vida. De eso se trata, ¿no…?

Publicado en: Blog de Gomins, Familia

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La paciencia, ¡la virtud de los genios!

La paciencia, ¡la virtud de los genios!

La paciencia es la capacidad para esperar cuando lo que queremos no está disponible aquí y ahora. Nos permite terminar lo que hemos empezado y ser coherentes con nuestros planes y metas, a pesar de los obstáculos que podamos encontrar.

Las personas pacientes saben esperar con calma a que las cosas sucedan, esforzándose cuando es necesario, pero sin precipitarse. Resumiendo, es una importante señal de madurez y desde luego se trata de un buen aliado para que tu hijo/a logre tener éxito a todos los niveles.

 

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¿Quieres entrenar la paciencia con él/ella y no sabes cómo hacerlo?

¡Prueba durante 21 días nuestra misión de “La paciencia, la virtud de los genios” y comprueba los resultados! Especialmente diseñada para niños/as impacientes e impulsivos/as con bajo autocontrol y con dificultad para esperar cuando piden algo y no se les entrega en el momento.

La cotidianeidad de las actividades propuestas en esta misión es lo que permite que puedan aplicarse a niños de entre 4 y 12 años de edad.

¡Se trata de una buena oportunidad para enseñarle una habilidad tan valiosa como la paciencia! ¿A qué estás esperando? Búscala en “Misiones” a través de Gomins Viewer for Parents y si todavía no tienes Gomins® descárgatelo ya. ¡Disponible para iOS y Android!

Publicado en: Blog de Gomins, Inteligencia Emocional

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Las rabietas de Javier: Tercera parte

Las rabietas de Javier: Tercera parte

Por Sandra Méndez

En el post anterior recomendamos a los padres de Javier seguir 5 pautas para poner fin a la irritante conducta de su hijo. ¿Habrá sido suficiente? Lo más seguro es que si han seguido los consejos comiencen a ver algún cambio en Javier. Sin embargo, también les conviene saber que muchas veces y de forma inconsciente ayudamos con nuestro comportamiento a mantener conductas que no deseamos.

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¿Qué NO deben hacer los padres de Javier? Las 5 claves:
  1. Acabar cediendo a sus reacciones explosivas por falta de tiempo o paciencia. Por muy molestas que puedan llegar a ser, ceder no hace sino empeorar la situación y mantener sus rabietas en el tiempo.
  2. Perder los nervios. Enfadarse y regañarle es una forma de prestarle atención. Además, si levantas el tono de voz por encima del suyo o le pegas un azote o bofetada, verá que tú también estás fuera de control, se frustrará más al sentir que no puede liberar sus emociones y, lo que es peor, le enseñarás que «pegar» es una opción válida para resolver problemas.
  3. Reírse cuando su comportamiento les resulte gracioso. Sus hermanos también tendrán que involucrarse y tratar de evitarlo. Si continúan haciéndolo, aumentarán la confusión de Javier y estarán reforzando su mala conducta.
  4. Tratar de reflexionar con él mientras dura la rabieta. En ese momento es inútil hacer que entre en razón. Así lo único que conseguirán será aumentar tensiones.
  5. Juzgarle o criticarle. No es lo mismo decir «eres malo» que «lo que has hecho está mal«.

Sabemos lo difícil que resulta mantener la calma y no hacer nada cuando tu hijo se pone a gritar desconsoladamente, pero si los padres de Javier quieren extinguir por completo esta conducta, esta es la mejor forma de enseñarle que así no conseguirá lo que quiere.

Si tu hijo tiene baja tolerancia a la frustración y elevada impulsividad, lo más probable es que sus rabietas sean más duraderas. ¿Sabes cuál es su nivel en estas áreas? Si su capacidad para tolerar la frustración está por debajo del 75% le costará más trabajo resistir las dificultades sin rendirse. Entrénale con Gomins® y le ayudarás a mejorar su habilidad para controlar sus impulsos y gestionar sus emociones. ¡Con nuestras misiones de Aprender de los errores y Saber perder lo conseguiréis en unos cuantos días! ¿A qué estás esperando? Hazlo ahora y evitarás problemas como los de los padres de Javier.

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La técnica para enseñar a tus hijos a desarrollar nuevas conductas: El moldeamiento

La técnica para enseñar a tus hijos a desarrollar nuevas conductas: El moldeamiento

No te quedes sin ver las claves del moldeamiento para aplicar esta técnica con éxito. ¡En menos de 2 minutos te lo hemos contado!

 

El moldeamiento es un procedimiento en el que se refuerzan las aproximaciones sucesivas a una conducta meta. Para que el reforzamiento tenga lugar es necesario que se dé alguna conducta previa. Lo que conseguiréis con el reforzamiento será fortalecer la probabilidad de que la conducta reforzada tenga lugar. Primero empezaréis fortaleciendo aquellas conductas que más se asemejen a la que pretendéis conseguir. Después, iréis incrementando la exigencia progresivamente.

Para aplicarlo, debes seguir tres pasos:

1. Especificad una conducta meta. Ésta debe ser razonable y relevante para los intereses del niño/a. Negocia con tu hijo dónde queréis llegar.
2. Estableced un punto de partida o línea base. ¿Desde dónde partimos?, ¿qué sabe y qué no sabe hacer tu hijo/a en relación con la conducta objetivo?
3. Planificad las aproximaciones sucesivas, es decir, fragmentad la conducta meta en submetas. ¿En cuantos pasos dividiréis la conducta?, ¿cuánto tiempo dedicaréis a cada uno de ellos?

¡Ánimo! Tened en cuenta que las primeras etapas suelen ser más lentas por requerir más práctica que las siguientes, ya que el aprendizaje previo facilita el siguiente. Recordad que al principio el reforzamiento será más frecuente y el nivel de exigencia más bajo.

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Silvia Álava es autora de «Queremos Hijos Felices«, publicado por JdeJ Editores en 2014.

Publicado en: Blog de Gomins, Familia, Inteligencia Emocional

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10 consejos para educar a niños en el optimismo

10 consejos para educar a niños en el optimismo

Por Silvia Álava

Hay niños que son especialmente negativos y pesimistas, es como si tuvieran un radar para detectar todas las cosas que no salen bien, todo lo malo o lo que no tienen, y se anticipan en negativo pensando que todo va a ir mal, de tal forma que no intentan las cosas porque siempre piensan que no van a ser capaces o les va a salir mal.

No son capaces de darse cuenta de su valía, y a la larga esto puede generar un problema de inseguridad personal y baja autoestima, además de impedirles ser felices, pues en ocasiones este tipo de pensamiento y de conductas les impide afrontar con éxito las situaciones de la vida cotidiana.

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Cómo ayudar a los niños pesimistas:

Es fundamental que estos niños aprendan a enfrentarse a su negativismo y cuenten con técnicas y estrategias para superarlo. Se trata de que se hagan fuertes ante las contrariedades del día a día y que sean capaces de concentrarse en los aspectos positivos en vez focalizar y quedarse atrapados en los negativos.

Ante todo recordemos que nuestro propio ejemplo es la mejor forma de enseñarles cómo afrontar el día a día de forma positiva.

Diez consejos para conseguir que los niños sean optimistas:

  1. Analiza la situación. ¿En qué momento tu hijo tiene esa actitud pesimista? ¿Es una actitud constante, o es a la hora de realizar determinadas tareas que sabe que se le dan peor?
  2. Entrena con él aquella tareas que se le dan peor, eso le hará coger confianza en sí mismo.
  3. Empieza a trabajar desde el nivel que se encuentra el niño, pidiéndole cosas que sabemos que si que puede conseguir. Si el nivel de exigencia es demasiado alto, el niño se puede frustrar al saber que no lo va a conseguir, y favoreceremos sus pensamientos pesimistas.
  4. Trabaja la importancia del esfuerzo desde pequeño. Que sepa que ante las adversidades, la respuesta no es la queja ni verbalizaciones negativas como ‘no puedo’, ‘es que muy difícil’, ‘a mí no me sale’….
  5. Refuérzale mucho cuando algo le sale bien, que se sienta importante y orgulloso.
  6. Atiéndele también cuando no tiene una actitud pesimista, que vea que tiene más atención en positivo que en negativo.
  7. Cuando está muy bloqueado no es el momento de hablar con él ni de hacerle razonar. Es mejor esperar a que se le pase, pues por mucho que le intentamos que vea las cosas de forma positiva, primero necesita ‘desconectar’ antes de seguir con la tarea. Puedes leer más sobre el estrés aquí.
  8. Resalta sus cualidades, enumera o haz una lista con él de las cosas que se le dan bien, por pequeñas e insignificantes que parezcan tiene que aprender a valorarlas.
  9. Enseña al niño a aceptarse como es. Tenemos que aprender a querernos y aceptarnos como somos desde pequeños con nuestras limitaciones. No siempre se puede ser el mejor jugando al fútbol, o al baloncesto. Lo importante es esforzarse para hacer las cosas lo mejor posible.
  10. No olvidemos que la principal fuente de aprendizaje de los niños es el modelado. Los niños copian a sus adultos de referencia: sus padres. Seamos un modelo de superación ante las adversidades, no de negatividad.

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Fuente original del texto: guiainfantil.com

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Tiempo de calidad (I): El ABC para ser una familia feliz

Tiempo de calidad (I): El ABC para ser una familia feliz

Por Sandra Méndez

Cuando escuchamos a diferentes profesionales comentar la importancia de buscar un tiempo de calidad para compartir con nuestros hijos, no se están refiriendo a que debamos establecer unos períodos en los que entregarnos en cuerpo y alma a ellos y, después, volver al estado inicial sintiéndonos liberados, como si ya hubiésemos cumplido.

No.

No se trata de fijar espacios concretos de calidad, sino de aprovechar el (poco) tiempo del que disponemos para que éste sea lo más provechoso posible, dentro de las posibilidades de cada uno, ya sea conduciendo, preparando la cena, jugando o vistiéndolos.

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Porque importa más la calidad que la cantidad. Aunque suene a tópico, es así.

El ajetreo de la vida que llevamos hace que, muchas veces, veamos la educación de nuestros hijos como una gran cuesta hacia arriba, con mucha pendiente. Para que exista un cambio, primero debemos convencernos de que éste es posible, de que después de la cuesta, viene llano. Reorganicemos nuestras agendas, si somos capaces de organizarnos en el trabajo, ¿por qué no íbamos a ser capaces de hacerlo en casa?

Con los siguientes consejos lo que pretendemos es ayudarte para que empieces a vislumbrar ese ansiado cambio que crees necesario y que hará que te sientas mejor con tus hijos y contigo mism@.

Comenzaremos por algo más general pero básico, el «abc» de cómo tener una familia feliz sin morir en el intento:

1. Para poder ofrecer lo mejor de ti a tus hijos, primero debes sentirte a gusto contigo mism@. No te culpes por creer que no les estás dedicando tiempo suficiente o por pensar que no lo estás haciendo correctamente. No construyas en tu mente una imagen idealizada de lo que sería la madre o el padre ideal, pues no hará sino caparte como persona, cortarte las alas y frustrarte por no conseguir alcanzar lo que no existe.

restauranteFotografía: Danielle Guenther

2. Cada madre o padre es diferente. No cometas el error de compararte con el resto. Confía en ti, no temas por las evaluaciones de los demás y cuidado con exigirte más de la cuenta. Si educas desde el amor y el respeto, entonces lo harás bien, no te angusties por ello.

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3. Asume que nadie es infalible, que precisamente por el hecho de ser humanos, nos equivocamos. Lo que verdaderamente importa es aprender de nuestros errores y tratar de corregirlos en futuras ocasiones. Aceptar que no puedes saberlo todo hará que te sientas más relajad@.

En el siguiente post entraremos más a fondo en el funcionamiento diario con los niños. Hasta entonces, ya tienes algo para poner en marcha desde hoy mismo, ¡ánimo!

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Cuándo dejar elegir a los niños

Por Aroa Caminero

Cada niño es una personita distinta y única desde su nacimiento. En el desarrollo de su propia personalidad, los factores hereditarios tienen un gran peso y definirán en gran medida la forma de ser de los niños, así como sus gustos, intereses y preferencias, aunque el ambiente que le rodea y en especial, las acciones educativas que reciba también serán determinantes durante su desarrollo.

Cuándo dejar que elijan los niños por sí mismos

Es muy importante que permitamos a los niños desde pequeños cierta autonomía y libertad para expresarse cómo son y para tomar pequeñas decisiones en el día a día, ya que así les demostramos que les tenemos en cuenta y que somos sensibles a sus necesidades e intereses y estamos favoreciendo al mismo tiempo su capacidad de aprendizaje y toma de decisiones, así como el desarrollo de su identidad personal y su autoestima.

Sin embargo, para ayudarles a desarrollarse plenamente y alcanzar todos los recursos que faciliten su crecimiento y aprendizaje personal, también serán imprescindibles las normas y los límites ya que, los niños no tienen el suficiente desarrollo cognitivo como para decidir todavía lo más adecuado para ellos, y además, aprender a cumplir las normas y ajustarse a ellas aumenta su capacidad de autocontrol y de posponer la satisfacción inmediata de sus deseos, mejorando su tolerancia a la frustración.

Por ello, una fórmula para encontrar un equilibrio entre ambos factores consistiría en dejarles elegir siempre entre varias opciones limitadas que hayan establecido los padres. Otra opción que puede resultar, es darles la libertad de elegir en ‘ocasiones especiales’ premiándoles por ejemplo, por haber mostrado una buena conducta durante el día o durante la semana.

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Ejemplos de cuándo dejar a los niños elegir

1. Con la ropa: Podemos darles a elegir entre dos opciones cerradas, por ejemplo: ¿prefieres el peto vaquero o el vestido rojo?. O dejarles elegir el vestuario del domingo (dentro de un orden) si han tenido un buen comportamiento durante la semana.

2. Con la comida: los padres son los que tienen que decidir qué alimentos se comen y cuándo se sirven. Sin embargo, no es necesario obligar al niño a comer judías verdes si prefiere otras verduras similares que sí acepta. En otros momentos puntuales como puede ser en el cumpleaños de un amiguito, se le puede dejar más margen de decisión, permitiéndole escoger entre sándwiches, gusanitos, chucherías, tarta… aunque siempre dentro de los límites marcados por el adulto.

3. Con las rutinas: Dentro de las rutinas diarias, puede haber cierta negociación en aquellas que no sean transcendentales. Por ejemplo, podemos dejarles decidir entre una ducha (si ya son más mayores) o un baño. Sin embargo, habrá otros aspectos que no son negociables, como por ejemplo, no ver la televisión mientras comemos para no distraernos.

4. Con los juguetes y el tiempo de ocio: cuando vamos a comprar un juguete para un niño podemos permitirle elegir el que más le gusta, pero será importante limitarle las opciones para asegurarnos que es acorde y apropiado a la edad y características del niño. En el tiempo de ocio, los niños podrán escoger jugar a lo que ellos quieran, pero no podrán elegir la duración del tiempo de juego ni el momento de juego, siendo lo ideal que el ocio siga a la realización de las “obligaciones” del niño (por ejemplo, jugar después de hacer las fichas escolares) y no al revés.

5.  Con los aprendizajes: los niños están aprendiendo continuamente desde el nacimiento con la estimulación cotidiana, especialmente a través juego. Sin embargo, hay determinados aprendizajes, como los escolares, cuyo trabajo explícito no se adquieren. Por ello, los niños pueden elegir qué hacer en su tiempo de ocio (jugar, pintar, dibujar, etc) ya que esto favorece enormemente su desarrollo cognitivo, pero la realización de las fichas y actividades escolares tiene que ser obligatoria.

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